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16 Al llegar a Roma, recibió Pablo autorización para residir en un domicilio particular, con un soldado que lo vigilara.

Pablo anuncia el mensaje en Roma

17 Tres días más tarde, Pablo convocó a todos los dirigentes judíos y, cuando estaban reunidos, les dijo:

— Hermanos, nunca he sido traidor a nuestro pueblo o a nuestras tradiciones. Sin embargo, estoy preso porque los judíos me entregaron en Jerusalén a las autoridades romanas. 18 Estas, después de haberme interrogado, quisieron soltarme, pues no había contra mí cargo alguno merecedor de la pena capital.

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